El envejecimiento y la vejez tienen una cara femenina. La inequidad por género es un aspecto del que Chile no se encuentra excluido, sobre todo en las brechas que viven las mujeres en general y en particular las mujeres mayores. Esta es una de las conclusiones incluidas en el segundo reporte del Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro -que surge de la alianza entre la Universidad Católica y Compañía de Seguros Confuturo-, el cual aborda las brechas y desafíos de género en la tercera edad, las cuales se agudizan después de los 80 años.
Las mujeres representan actualmente el 63,6% del grupo de adultos mayores sobre 80 años. De acuerdo con los datos de la última CASEN recogidos por el reporte, en 1990 existían 104 mil mujeres de 80 años o más, mientras que en el año 2017 dicha cifra alcanzaba las 364 mil personas, y se proyecta que para el año 2050 superará el millón de mujeres 80+, llegando a 1.139.264.
Asimismo, las mujeres componen principalmente al grupo de personas mayores de 100 años o más. Según los datos del informe, en Chile habitan al menos 2.278 personas de 100 años o más, de las cuales el 85% son mujeres. Para 2050 la cifra superará las 48 mil personas, siendo el 72% mujeres. “El aumento progresivo de las personas mayores que superan los 80 años es un fenómeno muy relevante y se encuentra enfocado en las mujeres”, destaca el informe. Por lo tanto, el reporte sugiere que “la formación de profesionales tanto en el sistema público como privado con conocimientos en género y envejecimiento jugará un rol importante para responder a las necesidades de las generaciones futuras, “las que presentarán una heterogeneidad y diversidad radicalmente distinta a las personas mayores de la actualidad, desde aspectos que consideran su nivel educativo hasta sus roles en la arena económica”.
Además, indica que se requiere un profundo cambio social con respecto a la mirada que se tiene de las mujeres, quienes ejercen y han ejercido un rol crucial en el desarrollo de redes, cuidado de hijos y nietos, y se han hecho parte del motor económico del país, permitiendo el desarrollo personal de otros por sobre el propio. De hecho, el 42,4% de los hogares chilenos tiene jefatura femenina.
Olivia Larraín, coordinadora académica del Programa Adulto Mayor de la Universidad Católica, señala que, en la esfera económica, las trayectorias laborales “precarias o nulas de las mujeres de 60 años o más de la actualidad, tuvieron influencia en sus ingresos, los que eran menores respecto de los hombres, lo que se ve reflejado en menores pensiones en la actualidad”.
Asimismo, comenta que la ausencia de un enfoque de género tanto para hombres y mujeres ha llevado a que los primeros “no crecieran en una sociedad donde se potenciaban las redes de apoyo para el género masculino, no siempre tenía un foco en la comunidad, y su rol de proveedor muchas veces lo alejaba de esas aristas”. Y agrega que, en el caso de las mujeres, “sus trayectorias de vida estaban mucho más asociadas al rol de entrega de cuidados a otros y a un descuido en el cuidado propio”.
Respecto a género, envejecimiento y redes de apoyo, María José Azócar, profesional del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), indica que, pese a que existen más mujeres sobre 60 años que hombres, especialmente en los grupos de 80 y 90 años o más, se puede observar que los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) de SENAMA, “están compuestos en su mayoría por hombres, lo que se relaciona directamente con las redes que han construido o en este caso, sería la ausencia de ellas”.
Azócar indica que, en términos económicos las mujeres se ven afectadas negativamente al envejecer, ya que, una mayor expectativa de vida, sumado a trayectorias laborales más inestables o nulas, menores ingresos y desprotección social, son factores que hacen que las mujeres deban distribuir su jubilación en una mayor cantidad de años o que deban enfrentar mayores niveles de dependencia cuando pasan los 80 años.
“En los próximos años, vamos a necesitar gente, encargados de leyes, cuidadores y todo tipo de profesionales vinculadas al trabajo con personas mayores, pero deben estar formadas especialmente en esa área”, comenta Olivia Larraín, profesional UC.
La especialista agrega que será necesaria una actualización “que responda no solo a la cantidad de personas mayores, sino que también a la preparación para las nuevas generaciones, que tendrán valores y estilos de vida distintos a las personas mayores de la actualidad”.
El Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro nace de la alianza entre Compañía de Seguros Confuturo y la Universidad Católica de Chile. Se estableció con el objetivo de visibilizar información relevante sobre los adultos mayores en el país, a través del desarrollo de estudios que permitan sensibilizar a la opinión pública y revelar tópicos de impacto social relacionados a la vejez y el envejecimiento de los chilenos.